Yo también odié a Miley Cyrus y me arrepiento


Todos hacemos cosas de las que nos arrepentimos, ya sea llevar pantalones de campana, ser fan de ‘Crepúsculo’ o decir «ni machismo, ni feminismo; igualdad». En mi caso, una de las cosas de las que me avergüenzo es de haber criticado a algunas mujeres famosas como Miley Cyrus. Sí, en su día la juzgué sin razón y cometí un gran error.

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– Critiqué a Miley Cyrus por dejar de ser Hannah, a pesar de que tenía derecho a crecer y dejar atrás su papel de ‘chica Disney’.

– Critiqué a Miley Cyrus por empezar a vestir provocativa, a pesar de que la vestimenta no es lo que define a las mujeres.

– Critiqué a Miley Cyrus por hacer twerking, a pesar de que el culo que meneaba era suyo.

– Critiqué a Miley Cyrus por cortarse el pelo y «ponerse fea», a pesar de que era su maldita melena.

– Critiqué a Miley Cyrus por desnudarse en un videoclip, a pesar de que era SU videoclip.

– Critiqué a Miley Cyrus por «perrear» en los premios VMA 2013, a pesar de que fue Robin Thicke el que bailaba de forma dominante y ganaba millones con una canción machista.

– Critiqué a Miley Cyrus por dejar a Liam Hemsworth, a pesar de que ella tenía derecho a decidir por su vida y disfrutar de su sexualidad como le viniera en gana.

– Critiqué a Miley Cyrus por ser chabacana, por no ser elegantemente sexy como Beyoncé, a pesar de que el concepto de «sexy» es subjetivo, a pesar de que una mujer es mucho más que eso.

Critiqué a Miley Cyrus por hacer con su físico lo que le apetecía, por madurar, por rebelarse, por ser una mujer libre. Sí, su imagen cambió y se volvió mucho más sexualizada. Pero… ¿y qué? ¿Acaso ella no tiene derecho a vender su música como le plazca? ¿No debería molestarnos más que hombres cantantes se hagan ricos con letras machistas y desnudando y cosificando cuerpos femeninos, cuerpos que no son suyos? Y ese es precisamente el quid de la cuestión. La sociedad quiere a las mujeres sumisas, por lo que cuando alguna se sale de la norma y es ella la que enseña su cuerpo voluntariamente, la respuesta más frecuente es escandalizarse, juzgar, criticar. Decir que se le ha ido la cabeza, que era mucho mejor «la antigua Miley» (más casta, más pura, más dócil), que no le llega a la suela del zapato a otras mujeres (como si hubiera que comparar a las mujeres por los centímetros de piel que enseñen o por su forma de contonear las caderas o agitar el trasero), que qué vergüenza y que qué van a pensar los niños al ver a una cantante desnuda sobre una bola de demolición (eso sí, luego les dejamos expuestos a películas y series sangrientas donde se ejerce violencia contra las mujeres).

Critiqué a Miley Cyrus como en su día también criticaron a Dolly Parton. Y a Cyndi Lauper. Y a Madonna. Y a Lady Gaga. Y a todas esas mujeres que se desvincularon de los hombres, que brillaron solas, que decidieron sobre sus cuerpos, que desafiaron al sistema. Y, sinceramente… ¡qué aburrido sería el mundo sin todas ellas!

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Acerca de Lidia Baños

Periodista. Feminista incansable.
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3 respuestas a Yo también odié a Miley Cyrus y me arrepiento

  1. ardeartista dijo:

    «¿No debería molestarnos más que hombres cantantes se hagan ricos con letras machistas y desnudando y cosificando cuerpos femeninos, cuerpos que no son suyos?» ¡Esta pregunta es la clave, muy buena reflexión! Miley rules 😍

  2. Pingback: Carta a todas las mujeres a las que he odiado | hombresmujeresyfeminismo

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